"Cada órgano dañado
responde a un sentimiento". La
enfermedad como tentativa de autocuración.
Entrevista
a Christian Flèche, psicoterapeuta, padre de la teoría de la descodificación
biológica. La Contra. La Vanguardia 30.5.2011
La enfermedad es el esfuerzo de la naturaleza por curar
el cuerpo.
Las
enfermedades son una tentativa de autocuración, una reacción biológica de
supervivencia frente a un acontecimiento emocionalmente incontrolable, de
manera que cualquier órgano dañado
corresponde a un sentimiento preciso y tiene una relación directa con las
emociones y los pensamientos. Junto al doctor Philippe Levy, Flèche creó
nuevos protocolos para organizar un método de diagnóstico original emocional y
una nueva forma de terapia breve que busca
en las emociones el origen y la solución a las enfermedades. Tiene
publicados 17 libros sobre la descodificación biológica, cuatro de ellos
traducidos al español, entre ellos El cuerpo como herramienta de
curación (Obelisco).
El cuerpo es nuestra herramienta de curación?
Yo era enfermero en un hospital de Normandía y observe
que pacientes con la misma enfermedad, tratamiento y doctor evolucionaban de
manera muy diferente.
Bueno, cada uno es cada cual...
Exacto, mi hipótesis es que las enfermedades son una metáfora de las necesidades físicas y
emocionales de nuestro cuerpo. Cuando no hay una solución exterior a esa
necesidad, hay una solución interior.
¿Eso es para usted la enfermedad?
Sí, una solución
de adaptación. Cada órgano del cuerpo quiere satisfacer su propia función,
es decir, atrapar oxígeno, alimentos... Si el cuerpo quiere comer, pero en el
exterior hay guerra y no lo consigue en un plazo razonable, se produce un
shock.
¿Nace el conflicto?
Sí, el
inconsciente inventa una vía suplementaria de supervivencia: un síntoma, que es una solución o una tentativa de solución inconsciente e involuntaria
a ese shock vivido. En ese caso, el miedo a morir de inanición atacaría el
hígado.
Póngame otro ejemplo.
Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar
un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del
cuerpo, eso la hará más rápida.
Pero tener prisa es psicológico.
Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos,
de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que
pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.
¿Y provoca un síntoma?
Si no hay una solución concreta y consciente, sí. De
manera que si escuchamos algo muy desagradable que nos afecta podemos tener
acidez de estómago. Y hay algo muy importante que tener en cuenta.
Dígame.
El cerebro no distingue entre lo
real o lo imaginario.
Un trozo
de limón en la boca o la idea de un trozo de limón en la boca provocan la misma
salivación. En función del sentimiento particular, el shock afecta a una zona
precisa del cerebro, visible por el escáner, a un órgano y a una realidad
energética.
¿Realidad energética?
Somos una unidad
compuesta de cuatro realidades inseparables: orgánica, cerebral, psíquica y energética. No hay ni una sola
célula del cuerpo que escape al control del cerebro, y este no escapa al
control del pensamiento, consciente o inconsciente; de manera que ni una célula
del cuerpo escapa al psiquismo. Un shock
siempre va acompañado de un sentimiento personal que repercute en los cuatro
niveles biológicos.
¿Y es irreversible?
Cuando encontramos la solución esos cuatro niveles
sanan simultáneamente. Una paciente tenía dolor en el hombro. "¿Desde
cuándo?", le pregunté. "La primera vez estaba sola con mis
hijos" "Si estas con tus hijos, no estás sola, ¿quién falta?"
"Mi marido que nunca está, yo necesito estar arropada". Cuando
lo reconoció, el dolor desapareció.
A lo largo de un día no satisfacemos todas
nuestras necesidades fundamentales.
Cuando no las satisfacemos, nace una emoción. Si esa
emoción se libera en el exterior bajo una forma artística, a través de la
palabra, el baile o los sueños... todo va bien. Cuando el acontecimiento no está expresado, queda impreso y el cuerpo
será el último teatro de ese evento.
¿Todo conflicto provoca enfermedad?
No, es necesario que sea dramático, imprevisto, vivido en soledad y sin solución. Cuando se
dan estos cuatro criterios, el trauma se manifestará a través de la biología.
¿Distintas emociones corresponden a distintos
órganos del cuerpo?
Sí, todo lo que tiene que ver con la epidermis
responde a conflictos de separación; el esqueleto, a una desvalorización; la
vejiga corresponde a conflictos de territorio. Para las mujeres diestras,
problemas en el seno y hombro izquierdos corresponden a problemas con los hijos
y viceversa para las zurdas; los desajustes en el seno y hombro derechos
corresponden para las diestras a problemas con la pareja y viceversa.
¿Estómago e intestino?
No tener lo que se quiere y no poder digerir lo que se
tiene corresponde al duodeno y estómago. El colon corresponde a un conflicto
asqueroso, podrido. En el recto están los problemas de identidad: "No me
respetan y me dejan de lado". Los riñones es la pérdida de puntos de
referencia. Los huesos: grave conflicto de desvalorización...
¿Lo adecuado para estar sano?
Revalorizar las emociones, ser
consciente de las emociones y expresarlas, es decir: bailar más a menudo. La gente está mucho
tiempo en lo emocional pero son emociones procuradas: fútbol, cine... Un malestar compartido disminuye a la mitad,
continúa compartiéndolo y acabará desapareciendo. Una felicidad compartida se multiplica
por dos.
La ira y la violencia se expresan a sus
anchas.
Un hombre tiene miedo, el miedo produce rabia, y la
descarga enfadándose con su mujer. Cuando estamos en contacto con la emoción
auténtica, se transforma; cuando lo estamos con la emoción de superficie, no
hay cambio. Si el hombre se dice: "Lo que tengo es miedo", su miedo
disminuye a la mitad. Hay que tomar conciencia de uno mismo.