Un blog para compartir latidos de entrega a la Vida y, más específicamente, a la tarea más noble y de más alta responsabilidad: EDUCAR.
Una puerta que se abre para adentrarnos en el reconocimiento de lo que nuestro Corazón ha sabido siempre.
Actividad organizada por @ampalosmahos y subvencionada por la Concejalía de Servicios Sociales del Ayto de Puerto del Rosario
JUSTIFICACIÓN DE LA FORMACIÓN.
Como
bien sabemos, tener un piano en casa no significa, necesariamente, que
sepamos tocarlo. De manera similar, tener un hijo, no significa saber
educarlo.
Los
animales no necesitan formación porque no necesitan educar a sus crías.
Es el instinto el que dicta, de manera automática, impecable e
inevitable, sus intervenciones como progenitores. Por eso, los gatos de
hoy siguen comportándose como los de hace miles de años.
Sin
embargo, “las crías humanas” no crecen y se desarrollan por el
instinto, sino afectados e influidos por una determinada cultura.
Es
aquí donde podemos situar la necesidad, de la que amplios sectores
sociales aún no han tomado conciencia, de la formación de los adultos
que han de acompañar el proceso de desarrollo y crecimiento de niños y
jóvenes.
Si
ya de por sí es fundamental el estar formados para intervenir
adecuadamente en los primeros años de los niños y niñas, esta necesidad
de formación se hace más clara y relevante para el momento o tiempo de
la adolescencia.
La
adolescencia viene a representar como un segundo nacimiento, en esta
ocasión, del vientre o seno familiar al social. El adolescente se va a
ver afectado mucho más que el niño y de manera más significativa por los
valores, actitudes y dinámicas de la atmósfera sociocultural que el
envuelve.
Algunos
modelos formativos se limitan a dar información o proporcionar un
conocimiento general, orientado la mayoría de los casos a qué hacer con
el adolescente. En esta ocasión, más que abordar qué hacer con nuestro
hijo o alumno (que también), abordaremos qué hacer con nosotros mismos
para estar en las mejores condiciones para ejercer de una manera más
consciente, sencilla, eficaz y gozosa nuestra tarea educadora, como
padres o como maestros.
En
un primer momento (tarde del viernes) y con el formato de una
conferencia vivencial, se plantearán aquellas cuestiones conceptuales y
las ideas fundamentales que puedan servir de guía o faro. Las ideas
confusas e incluso contradictorias, los conceptos borrosos, los
planteamientos poco claros nos adentran en experiencias, situaciones y
relaciones marcadas por el conflicto innecesario o mal gestionado o por
un sufrimiento que, en la mayoría de las ocasiones, podría haberse
evitado.
En
un segundo momento (sábado mañana y tarde) y con el formato de un
taller eminentemente práctico y experiencial, nos entregaremos a
diversos ejercicios orientados a la asimilación e integración de los
conceptos planteados y a favorecer la progresiva incorporación de otro
modo de presencia adulta. Una presencia que deja de “enfrentarse” al
adolescente para “afrontar” el acompañamiento en esta etapa crucial y
difícil de la adolescencia, con otra mirada, con otra actitud, con otro
temple y, sobre todo, con más serenidad y alegría.
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