José María Toro, reconocido como «loreño ilustre de la villa»
Docente, investigador y escritor, pero sobre todo un apasionado de su trabajo, el cual desempeña con amor y poniéndole todo su corazón
LORA DEL RÍO
Maestro de enseñanza de Primaria por vocación y destino, como él mismo detalla. El tercero de cuatro hermanos, Pedro, Fernando y Manuel, que, desde que tiene conciencia, supo que quería ser maestro, a pesar de que en su casa nunca hubo un libro.
Con 35 años a sus espaldas dedicados a la docencia, su dilatada trayectoria profesional se divide en dos grandes momentos. El primero, su ejercicio como maestro, que iniciaba en el año 1983 en el colegio sevillano Francisco de Paula y que desarrolló especialmente en dos lugares, su pueblo natal, Lora del Río, y el vecino municipio de Peñaflor.
El segundo, en el que se encuentra ahora, es una labor divulgativa en la que comparte y difunde a los profesores, alumnos, agentes sociales y educadores lo que fue su experiencia con los niños. «No he dejado la escuela, sino que he ampliado sus muros, ahora tengo el mundo por aula», explica este maestro loreño.
José María ha participado en numerosos cursos, jornadas, conferencias y seminarios por toda España. Asimismo, ha publicado una decena de libros, entre ellos «Educar con co-razón», libro de lectura obligada en varias universidades españolas y que va ya por su 18ª edición.
Un especialista en educación emocional que, en su enseñanza a los niños, usa métodos novedosos basados en el amor. Para él, y partiendo de la base de que «nuestra cultura nos ha enseñado a vivir las emociones como una reacción a un estímulo externo, la pedagogía emocional es enseñarle a los niños a que puedan conectar y liberar lo que en realidad son sin que necesiten ningún estimulo externo que lo movilice», explica.
En este sentido, y como homenaje a su labor divulgativa en el ámbito de la educación, el pasado 23 de enero, el Ayuntamiento de Lora del Río le otorgaba el reconocimiento de «loreño ilustre de la villa», en un acto que contó con la presencia del alcalde de Lora del Río, Antonio Miguel Enamorado; el concejal de Ciudadanía y Cultura, Miguel Ángel Nogales; los concejales Salvador Carmona y Miguel Ángel Rosa; así como amigos y familiares del homenajeado.
El regidor loreño, Antonio Enamorado, destacó de este maestro que «ha enamorado a muchos doctores y catedráticos de universidad», su labor investigadora y divulgadora de aspectos como el desarrollo de actitudes creativas en el quehacer de la vida cotidiana, la formación personal de padres, maestros y otros colectivos profesionales, la educación desde los valores, la pedagogía emocional y la meditación.
José María Toro Alé agradeció este reconocimiento que le hace el Ayuntamiento loreño recalcando que en la labor del maestro hay tres amores: «El amor a los alumnos, a uno mismo, ya que si yo no disfruto en la clase no van a disfrutar los niños, y el amor a la vida; teniendo claro esos puntos, podremos enseñar más y mejor a nuestros menores».
En su intervención, José María tuvo palabras también para sus padres, a los que quiso dedicar este reconocimiento. Emocionado narraba que su madre, sin estudios, nunca le leyó un cuento pero «siempre estuvo ahí cuidándome» y añadía: «Con esto quiero honrar a todas las madres, son las que hacen ese trabajo anónimo, entre bastidores, sin el cual nada es posible».
De la misma manera quiso también hacer partícipe de este nombramiento a «todos los maestros que ennoblecen esta gran profesión».
Y es que José María tenía tan claro que quería dedicarse a la enseñanza que, con un expediente académico de matrícula de honor en el instituto, hizo caso omiso a los consejos de un maestro que intentó disuadirlo para que se dedicara a otra profesión. «Me permití el lujo de ser maestro y no me he arrepentido ni un solo segundo de esa decisión», subraya.
La familia, los amigos y el amor son los pilares fundamentales de este maestro que se describe como una persona cercana, cariñosa e inquieta. Muy interesada por todo lo humano y que le gusta transitar por el camino de la sencillez.
Orgulloso de su pueblo, al que lleva por bandera, agradece las felicitaciones que ha recibido desde redes sociales por este reconocimiento y lo acoge como una invitación «para seguir dando lo mejor de mí mismo cada día allí donde vaya con el aroma y la fragancia de mi pueblo», concluye.
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