«Se envía a
los niños al rincón de pensar como si fuese un castigo»
El Foro Emociona
trae a Santiago a conferenciantes de la talla de Elsa Punset o Rafael
Santandreu. No son los únicos. José María Toro, maestro de primaria, defiende
no olvidar el aspecto emocional y social al educar a los niños.
-Dice que hay que
educar con co-razón.
-El partir la palabra es una manera de
llamar la atención de que el corazón, tal y como yo lo planteo, incluye un
aspecto racional. No se refiere a la simple sensibilidad sino que hay un
espacio para la sabiduría.
-¿Se educa demasiado
en la razón y se descuida el corazón?
-No solo se descuida el
corazón, que creo que sí, sino que incluso el desarrollo de la parte más
racional creo que la abordamos con muchas carencias. Por ejemplo, ahora se ha
puesto de moda el mandar a los niños a un rincón a pensar como castigo, ¡cómo
si pensar fuese un castigo y no una bendición! De lo que se trata es de que
debemos aunar la parte emocional con la racional para conformar una persona
completa y que los dos aspectos se enriquezcan mutuamente. Y es cierto que la
parte emocional y los modos de pensar abiertos y constructivos no suelen
trabajarse.
-¿Qué le aportará al niño que se le ayude a desarrollar todas esas competencias emocionales?
-A un niño debemos darle la posibilidad de
que establezca un contacto consciente con lo mejor de sí mismo. Tenemos una
tecnología maravillosa, potente y seductora, pero puede que nos oriente a mirar
solo hacia fuera y hacia las pantallas. Necesitamos las TIC pero también
conciencia y actitud para su uso.
-¿Cómo educar para
ser consciente de lo mejor de uno mismo?
-Yo lo hago a través de viajes al corazón,
en un contexto de grupo para que el niño pueda movilizar y activar emociones
esenciales que están ahí, paz, serenidad... Más que realizar actividades
planteo experiencias para que el niño sienta esa serenidad que ya forma parte
de su identidad.
-Habla de relajarse
a través de la lengua.
-Sacar la lengua y dejarla
reposar es un gesto natural que hacen los bebés y que perdemos porque nos dicen
que parecemos tontos. Si somos capaces de que el niño suelte la tensión de la
lengua y la sienta como algo mullidito, como una esponjita de energía, esa colocación
pacifica al niño, lo adentra en un tono muscular justo y posibilita que el niño
pueda entrar en otro estado de conciencia.
"No digas nunca a un niño/a: ¡METE LA LENGUA QUE PARECES TONTO!.
Si quieres saber por qué, pincha el siguiente enlace: http://bit.ly/2eo0CRx
LA LENGUA, LLAVE MAESTRA PARA EDUCAR CON CO-RAZÓN.
Maestro. Escritor. Formador y conferenciante.
Autor, entre otros, de
y "El pulso del cotidiano" (2017)
publicados por la Editorial Desclée de Brouwer.
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