lunes, 23 de abril de 2012

Homenaje a los libros


HOMENAJE A LOS LIBROS. Enlace para ver Videotexto.
Hay cosas, como los libros,  que más allá de meros objetos se convierten en entes, realidades sustanciales cargadas de un gran valor no sólo utilitario sino simbólico, sacramental e incluso sagrado.
Cada libro escrito desde los latidos del corazón recoge en sus adentros el retazo de un alma humana que se abre, se muestra y se comunica conmigo.
Cada libro entraña una aventura, un riesgo, una posibilidad de encuentro; es un ámbito privilegiado para la comunión. Por eso, tener en mis manos un libro es algo realmente sobrecogedor, un gesto que me sigue emocionando.
Los libros no son cosas sino "causas" que pueden generar un gran efecto en aquella persona que se atreve a cogerlos, abrirlos y leerlos.
"Dime con qué libro andas y te diré quién quieres ser".
Los libros son un alimento esencial y de primera necesidad porque nutren y alimentan toda la persona.
Cuando alguien inhala bien el perfume de un buen libro, casi sin darse cuenta, va exhalando pequeños efluvios de esa fragancia en todo cuanto dice, hace y vive.
Los libros son un tipo de flores de una especial calidad y cualidad. Puedo acudir a ellos como la abeja y realizar un auténtico proceso de libación en el que voy extrayendo lenta y minuciosamente el jugo que se encierra en cada página. Cuando succiono su néctar y me alimento con él puedo ofrecer luego mi propio fruto. 


 Los libros me han ido proporcionando a lo largo de toda mi vida las sustancias adecuadas con las que he ido construyendo el panal de mi conciencia así como la cera con la que he ido dando forma a un determinado modo de ser y existir.
Los libros son una invitación y un reto para convertir la bibligrafía en biografía: que aquello que leo afecte, conforme e informe lo que soy,  pero sin olvidar que "todos los libros, de todos los formatos y temáticas, en el fondo, no hacen sino remitirme al Gran Libro de la Vida que siempre me está aguardando con sus páginas abiertas reclamando mi lectura".

                                                                José María Toro
                                        "La Vida Maestra" (Editorial Desclée) pág. 133 



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