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sábado, 18 de noviembre de 2017

¿Dónde está el Karlos Arguiñano de la respiración?

José María Toro: ¿Dónde está el Karlos Arguiñano de la respiración?
Un público entregado aprende en el Foro Emociona cómo desarrollar las emociones o la importancia de enseñar a respirar
Reseña de Elisa Álvarez. LA VOZ DE GALICIA. 18.11.2017
Decenas y decenas de jóvenes y mayores haciendo cola para que la filósofa y divulgadora Elsa Punset les firme un libro, photocalls divertidos, camas elásticos y muy buen rollo. El Foro Emocional reúne en el Palacio de Congresos a 1.400 personas que quieren desarrollar sus competencias emocionales y sociales y, sobre todo, que tienen mucha energía y ganas de contagiarla. 
Tras la charla inaugural de Punset, los asistentes comenzaron su itinerario personal en función de sus intereses. En una de las salas, Lourdes Tomás, médico de familia, en la otra, José María Toro, que cosechó risas y aplausos por igual. Tomás hizo hincapié en un modelo de salud proactivo, es decir, hay que conocerse para estar mejor. Y para estar mejor a veces hay que empezar por algo tan básico como dormir y comer bien. «Los trastornos del sueño _dijo_ son las grandes epidemias silenciosas», porque aunque vivamos casi como si estuviésemos en el siglo XXII, el cuerpo funciona igual que hace un siglo. «¿A qué si no dormimos bien el pensamiento se nos engancha como un bucle?», explicaba.
Y de cómo cuidarse a cómo educar emocionalmente al niño. José María Toro reunió a un público entregado, muchos de ellos también maestros, para dar consejos que ayuden a una educación del alumno en los sentimientos. En primer lugar les aconsejó a mantener un solo foco de atención mientras el profesor habla ya que «la musa de la maestra es la escucha del alumno». 
Les habló a los asistentes de la importancia de la respiración, de explicarla a los niños como algo propio, «saber respirar es saber vivir» y, sin embargo, «¿dónde está el Karlos Arguiñano de la respiración?». Y a vivir las estaciones con todo lo que ello supone. Por lo que en otoño es el momento de soltar, como se sueltan las hojas del árbol, «la escuela tiene que soltar materias y contenidos que no sirvan, burocracia. Los inspectores, queriendo controlar a la gente que no trabaja, asfixia a la gente que trabaja». Y ahí no faltaron los aplausos. 


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