Si el grano de trigo no
muere, no germina ni llegará a dar fruto alguno. Si uno no muere, no nace. Por
eso nacemos para morir, o lo que es lo mismo, para germinar, para cambiar de
estado, para transformarnos y ser en otro espacio y de otra manera.
El grano muere en la tierra
para poder ser acariciado por el viento en su nuevo ropaje como espiga.
Así siento ahora a mi madre,
acariciada por el soplo del Espíritu en su nueva condición de ser de luz. Es
sentir dentro de mí ese mismo soplo, esa misma luz, lo que me hace poder vivir
esta profunda tristeza envuelta en un delicado encaje de serenidad bordado con
los hilos del amor.
Lloro no porque se haya ido
sino porque ya no la tengo aquí conmigo a mi lado. Pero brotan unas lágrimas
tibias, suaves, incluso dulces cuando emanan de la fuente de la aceptación, la
comprensión y el agradecimiento.
Acepto que la muerte es el
gran servicio que todos brindamos a la Vida para que ésta pueda regenerarse,
renovarse en sus formas y maneras.
Comprendo que me parece
terrible la desaparición de mi madre si la identifico, la reduzco y la
empobrezco a la forma de su cuerpo, un cuerpo que ya fue cambiando a lo largo
de los años.
La muerte no implica
desaparición, disolución sino tránsito, cambio, transformación.
La muerte no me ha quitado
nada porque no es lo contrario de la vida sino el otro polo del nacimiento.
Ella no se ha ido porque
sigue estando a una distancia infinita pero que no supone separación alguna, al
mismo tiempo tan lejos.... y tan cerca.
Las dos orillas no están
nunca separadas sino unidas por la corriente del río.
En medio de un dolor que no es sufrimiento, de una tristeza que tengo pero que no me tiene a mí, agradezco a la Vida su vida, mi vida a través de ella; agradezco que haya hecho el tránsito con la misma impaciencia y precipitación que la caracterizaban, en un minuto, pero después de haber completado sus aprendizajes y haber facilitado los nuestros en los últimos meses de enfermedad.
En esta orilla se nos ha muerto una abuela. Al otro lado, ya festejan que les ha nacido una niña.
José María Toro.
Texto extraído del libro: LA SABIDURÍA DE VIVIR (4ª ed.)
Editorial Desclée de Brouwer
VIDEOCLIP LIBRO LA SABIDURÍA DE VIVIR. http://bit.ly/XmHvCu
Contiene los títulos de algunos de sus capítulos.Puedes acceder al índice completo y al prólogo del libro en http://bit.ly/2nRusOR
JOSÉ MARÍA TORO. Maestro. Escritor. Formador y conferenciante.
Autor, entre otros, de:
"Educar con Co-razón" (19ª ed.) http://bit.ly/2E9xt87
"La Sabiduría de Vivir" (4ª ed.) http://bit.ly/2nRusOR
"Descanser. Descansar para Ser" (3ª ed.) http://bit.ly/2scCib8
"La Vida Maestra" (2ª ed.) http://bit.ly/2gY46JQ
"Mi alegría sobre el puente.Mirando la vida con los ojos del corazón" (2015) http://bit.ly/2GZKaAi
"El pulso del cotidiano. Ser-Hacer-Vivir-Realizarse" (2017)
publicados por la Editorial Desclée de Brouwer.
Ed. Walters Kluwer.
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no tengo palabras...Precioso
ResponderEliminarSilvina
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarpreciso
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